CIUDAD DEL BARCO
Ella se bajaba del
colectivo en la entrada de la ciudad todos los días.
Era delgada, de tez
blanca y pelo claro natural. Sus ojos verdes y siempre de borcegos negros.
Campera, también negra y larga, o una campera corta y de jean. Era invierno
cada vez que la veía. Tomábamos el colectivo en la misma parada, en Ciudad del
Tren. Yo siempre la miraba. Un día me preguntó si hacía mucho que estaba
esperando. Le dije que recién llegaba.
De ciudad a ciudad
había solo unos treinta minutos de viaje. Ella solía quedarse dormida en el
asiento. Un día me senté a su lado. Miré su teléfono celular y vi la foto de un
pequeño bebé como fondo de pantalla. De vez en cuando hablaba por teléfono con
una persona, pero nunca pude escuchar sobre qué.
El colectivo llega
a Ciudad del Barco y yo nunca le hablé.
Ella camina la
senda desprovista de gente y cruza la entrada a la ciudad, pero nunca la puedo
ver entrar realmente.
<El colectivo se
aleja conmigo dentro y ya estoy perdido.>
Ella camina la senda desprovista de gente y
cruza la entrada a la ciudad, pero nunca la puedo ver entrar realmente.
El colectivo se va
de Ciudad del Tren y nunca le hablé.
De vez en cuando
hablaba por teléfono con una persona, pero nunca pude escuchar sobre qué. Miré
su teléfono celular y vi la foto de un pequeño bebé como fondo de pantalla. Un
día me senté a su lado. Ella solía quedarse dormida. De ciudad a ciudad había
solo unos treinta minutos de viaje.
Le dije que recién
llegaba. Un día me preguntó si hacía mucho que estaba esperando. Yo siempre la
miraba. Tomábamos el colectivo en la misma parada, en Ciudad del Barco. Era
invierno cada vez que la veía. Campera, también negra y larga, o una campera
corta y de jean. Sus ojos verdes y siempre de borcegos negros. Era delgada, de
tez blanca y pelo claro natural.
Ella se subía al
colectivo en la entrada de la ciudad todos los días.
CIUDAD DEL TREN
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